Una receta para perder un partido de fútbol[1]
Si usted quiere perder un partido de
fútbol, es imprescindible que use los siguientes
ingredientes y que siga las instrucciones
específicas de preparación adjuntas.
Ingredientes
Una cancha
Una pelota
Dos porterías
Un equipo adversario
El encarcelamiento del arquero de su equipo
Amenazas contra sus jugadores
Un autogol contra su equipo
Preparación
La cancha: Para
que la cancha tenga un color verde y vivo, hay que asegurarse de
que se prepara
con las briznas de hierba de la altura apropiada. Tienen que ser bastante altas
para que cubran la tierra y a la vez tienen que ser lo suficiente bajas para
que no enlentezcan la pelota, la cual se define y se describe en el paso
siguiente. La cancha se marcará con líneas blancas, que forman un rectángulo
alrededor del césped y también marcan el área de castigo y la línea de medio
campo.
La pelota: Para alcanzar la velocidad y la eficiencia máxima, la
pelota precisa ser un círculo perfecto, con una superficie lisa.
Dos porterías: Dos porterías son necesarias en un partido de fútbol
porque si sólo hubiera una, un equipo no tendría una para defender y el otro no
tendría una para atacar. Las dos porterías estarán ubicadas en lados opuestos
del rectángulo formado por las líneas blancas, en el centro de los lados más
cortos de él.
El equipo adversario: Es obvio que se necesita un contrincante
para perder un partido de fútbol. Jugarlo sin oponente sería como jugar ajedrez
consigo mismo – puesto que usted es el que controla las piezas blancas y
negras, usted gana, no obstante el resultado. Entonces, es muy recomendable que
usted tenga un equipo adversario formado por sus jugadores más capaces para
perder el partido.
El encarcelamiento de su arquero:
Para que su
portero quede encarcelado, hay que mandarle a la cárcel por el acto de
agradecerle personalmente a un narcotraficante famoso por haber creado muchas canchas
de fútbol para los pobres. El portero tiene que hablar con los reporteros y
decirles que es un amigo del narcotraficante, lo cual seguramente causará mucha
ansiedad en el gobierno. Éste sin duda creará un buen pretexto como, por
ejemplo, la complicidad en un secuestro, para encarcelar a su portero, aunque
la razón verdadera para la detención es que no quiere ensuciar la imagen del
equipo por permitir que alguien asociado con el narcotráfico juegue en el torneo.
Se reemplazará el portero talentoso con otro que tal vez no sea tan hábil.
Amenazas contra sus jugadores:
Las intimidaciones
deben ser mucho más graves e inminentes de las que los padres usan cuando
desean que sus hijos coman sus verduras o que terminen con la comida entera
antes de disfrutar del postre. Por ejemplo, dueños de los equipos regionales de
fútbol pudieran decir que si un jugador clave que no sea de su propio equipo
juega en el partido, matarán al equipo entero. Para evitar esto, usted sacará a
ese jugador del partido para no poner en peligro las vidas de los demás. Debido
a estas amenazas, unas preocupaciones psicológicas agobiarán a sus jugadores
antes del partido y no podrán enfocarse tanto en él, lo cual perjudicará sus
habilidades en la cancha.
Un autogol contra su propio equipo:
El capitán del
equipo debe meter un autogol, sin querer. Se aconseja que suceda así: el
delantero del otro equipo intentará meter un gol de lejos, el defensor desviará
la pelota con la intención de dirigirla lejos de la portería, y el arquero no
se dará cuenta de que la trayectoria de la pelota ha cambiado hasta que sea
demasiado tarde para bloquear la pelota. Desafortunadamente (o afortunadamente,
depende de sus intenciones, las cuales supongo que son perder el partido), la
pelota entrará en la portería, y usted la mirará a cámara lenta, como si fuera
un momento dramático en una película de acción.
Consejos finales
Cuando usted
haya completado todos los pasos anteriores, el producto final debería parecer
un pastel. Póngalo en el horno por cuarenta y cinco minutos, sáquelo por
quince, y póngalo en el horno de nuevo por cuarenta y cinco minutos más. Cada
partido precisa de un ganador y un perdedor, y siguiendo estos pasos, no cabe
la menor duda de que usted perderá.
[1] Esta receta se basa en el partido de
fútbol entre los equipos colombiano y estadounidense en la Copa Mundial de
1994, cuando se eliminó la selección colombiana del torneo