“Casualidades”
colombianas
A veces me parece que las casualidades no
son tan casuales y que son como telarañas
formadas por una araña muy determinada a llevar a
cabo una cierta causa. Por ejemplo,
al pensar
superficialmente en qué podrían tener en común los hombres colombianos Pablo
Escobar y Andrés Escobar, uno podría decir que posiblemente fueran hermanos o
que al azar compartieran el mismo apellido. No obstante, el hecho de que ellos
tenían el mismo apellido solamente fue un microcosmo del embrollado destino que
ellos compartieron. La historia de los dos hombres fue intricadamente tejada,
llena de casualidades, tristezas, momentos felices y momentos penosos. Michael
y Jeff Zimbalist reconstruyen esta historia complicada en su documental, “Los
Dos Escobar”.
Entonces, ¿Por qué me
interesa este tema que parece tan ajeno a una chica estadounidense de
diecinueve años que nunca ha experimentado circunstancias sociopolíticas parecidas
a las de Colombia? Vi el documental de los hermanos Zimbalist durante una noche
de cine ofrecida por el Club del Español el semestre pasado, y me enganchó por
algunas razones. Primero, fue la primera vez que aprendí de la ligazón compleja
entre el fútbol, la economía, la política y los carteles de drogas en Colombia.
Al ser humano le gustan las novedades. Segundo, jugué el fútbol durante el
colegio y por eso me apetece aprender de la historia de ello en distintos
países. Finalmente, siempre me han interesado los vínculos no aparentes entre
acontecimientos que parecen absolutamente separados. Entonces, ¿Por qué fue tan
fuerte mi reacción al documental que ahora tengo ganas de pasar un semestre
entero investigando más a fondo su tema principal?
No cabe la menor duda
de que hay que brevemente (y digo “brevemente” en serio porque lo que sigue es una
enorme reducción del asunto) resumir la historia antes de explicar mis
sentimientos y opiniones. Pablo Escobar fue un líder del cartel de drogas
colombiano “Medellín”, que en parte financiaba el equipo nacional del fútbol,
por el cual jugaba el futbolista Andrés Escobar. Cuando el equipo ganaba, había
celebraciones, pero cuando el equipo perdía, había repercusiones graves,
incluso castigos físicos que llegaron aún hasta la muerte. Los Estados Unidos
intervino en el asunto a eso de la época de la Copa Mundial del 1994. Sus
fuerzas armadas mataron a Pablo Escobar, lo cual instigó una reacción en cadena
que resultó en la muerte de Andrés Escobar después de su gol en contra de su
propio equipo. Después de enterarme de esta historia, me quedé sorprendida y
atemorizada de que algo tan horrible pudiera acontecer. Me tengo que preguntar: ¿Cómo es que el fútbol, que
representa una gran pasión de la gente, puede convertirse en este deporte tan
contradictorio, lleno de esperanza y emoción pero a la vez tan vinculado a la
violencia y la muerte?
Ahora me toca
explicar exactamente qué deseo aprender a través del semestre. Pretendo aprender
más de los procesos que hicieron posibles todas las supuestas casualidades
entre distintos sectores colombianos. Por eso, planeo investigar más sobre algunos
temas específicos, incluyendo Pablo Escobar y los carteles de drogas, el
involucramiento de los Estados Unidos y la historia de Andrés Escobar. Con todo
eso, me gustaría entender exactamente cómo se relacionan las drogas, la
política, el fútbol y la economía, porque todo tiene una explicación – para mí, no existen las casualidades.
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